La verdad, es que no se me ha pasado tan rápido el curso. Y sí es cierto que no lo he hecho lo mejor que puedo, pero por lo menos lo he sacado y con buenas notas. Este curso ha sido muy difícil, muchos exámenes, mucho estudio...y sobre todo, la palabra exacta es: agobio. Han sido muchas horas sin levantar la cabeza aunque, tengo que reconocer que había momentos donde mi vagancia y cansancio superaban a mis ganas de estudiar.
Tampoco me puedo disculpar por las asignaturas que se me dan mal. Pero no debo relajarme con las que llevo bien. Y todo esto por un futuro entre manos.
A veces me pregunto: ¿de qué me sirve saber que Moliére escribió "Tartufo"? Y sigo sin encontrar la respuesta. Es algo, que, a mi edad, me es muy poco relevante. Quizá, dentro de 5 años, lo sea. Pero hasta entonces, tendré que seguir aprendiendo cosas cada día.
Hoy, venía yo toda ilusionada, porque le íbamos a preparar una fiesta de despedida al profesor, que el año que viene ya no es nuestro tutor. Llevaba una camiseta, una cartulina, todo hecho y pagado por los alumnos. También traíamos comida y bebidas para hacer una "fiesta". Y lo gracioso, es que, llego a clase, mirando a todos lados por si venía el profesor ("era" una fiesta sorpresa), y resulta que, ¡no había venido! ¡Que estaba malo! Yo preguntándome: ¿en serio? ¿EN SERIO? Conclusión: no vamos a desperdiciar la comida. Nos fuimos al comedor y allí montamos una "Party Hard". Lo pusimos todo patas arriba...Eso sí, nosotros que somos buenas personas y lo recogimos todo.
Claro, pero no todo es fiesta. Las 3 últimas horas de clase, que tampoco daban para mucho, aunque, el lema fuese: "Horario lectivo hasta acabar el día 13". Y así se cumplió.
Ahora solo toca disfrutar del verano, vivirle, pero tampoco estar sin dar un palo al agua. Algo intermedio.
"No desperdicies tus momentos de gloria, habrá tiempos peores".
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