sábado, 14 de septiembre de 2013

LA VUELTA AL INFIERNO.

Quedarse por la noche hasta las tantas, levantarse a la hora de comer, ir a la playa y a la piscina, nadar, ver el sol salir, que no anochezca hasta las 22:00, tardes con los amigos...VERANO. Y se acaba.
Ahora llega lo que llamamos muchos: "EL INFIERNO". Considero un infierno levantarme a las 7:30 de la mañana y no parar de estudiar hasta las 20:00, con sus respectivas particulares y demás actividades extra-escolares.

Y empiezan los gastos. Qué si el transporte escolar, la gasolina del coche, el comedor, el material escolar, el uniforme nuevo...

La primera hora es un tanto...somnolienta. No te enteras de nada, estás bastante dormido, quieres participar pero se te cierran los ojos. La segunda, bueno, es rara. Es el paso del sueño a las ganas de salir al patio. En la tercera, tu único propósito es salir al recreo. Comer el bocadillo, disfrutar de esa mísera media hora. "Podéis salir al patio". "¡BIEEEEEENNNN!". Se podría decir que parecemos caníbales. Cada uno va donde le apetece. Fútbol, baloncesto, cotilleos...En fin, lo normal. Cuando suena la campana, todo el mundo está tal que: "Por favor, no quiero entrar". Pero tienes que entrar a clase. La cuarta hora es la de: "Profe, tengo que ir al baño", "Tengo sed". El reloj pasa lento, quisieras estar en la calle. Pero no. Llega la quinta, digamos que esta es en la que más te involucras. La sexta: "Un minuto, un minuto, nada, no queda nada..." Y la campana suena o antes de lo esperado o cinco minutos más tarde. Ahora no nos dejan hacer esto, pero antiguamente, según sonaba la campana, los niños se levantaban de sus mesas, cogían sus mochilas (ya preparadas para irse, algo que no ha cambiado) y corrían hacia la puerta. La salvación.

Llegar a casa y comer a toda prisa, porque dentro de una hora tienes particular. ¿Y esto es la salvación? Pues no. Os he engañado. Te pasas la tarde haciendo tarea, estudiando (bueno, los que tienen el mínimo interés en sacar los estudios adelante). Acabas a las tantas, cenas algo y tienes una hora y poco más para relajarnos, ver la tele...Y eso, durante 9 meses...

El primer día de clase. Llegar al colegio y revisar las listas, para ver qué profesor y qué alumnos te tocan. Entrar en el aula y ver con quién te han puesto. Qué asignaturas. Número de taquilla. Tipo de profesor.

Después, claro está, la gente que tiene que trabajar. Levantarse a las 7 de la mañana, hacer su trabajo, más las tareas de la casa...Y los universitarios. Y la gente que se toma el año sabático. Esos sí que viven bien.



" Todo lo bueno se acaba. Siempre. "